"Espacio para la música y la palabra... Separadas o juntas"

"Hay veces en las que el silencio es la mejor de las palabras y de las músicas que un ser humano puede llegar a necesitar"

martes, 17 de abril de 2012

El monumento al "músico desconocido"

Los músicos siempre hemos hecho alarde de una sensibilidad especial. Y una capacidad única para expresarla en forma de melodías que sugieran. Ya sean emociones o sentimientos bellos, o malestares generales de todo tipo. Siempre hay una "excusa" para tener que hacer música.

El otro día Jorge, en Blogrópila, hacía un merecidísimo homenaje desde sus líneas al maestro Ennio Morricone. No diré más que él, ni mejor. Pero, tal vez como abogado del diablo, o de causas pobres, y por lo vivido últimamente, me veo en la obligación moral de recordar(me) que no todo el mundo corre la misma suerte en el mundo de la música.

Como todo el mundo, tengo mis ambiciones, claro está. Aunque reconozco que son humildes. Y, como las mías, las de muchas otras personas que se dedican a hacer música también. En ese saco, del mismo modo que los americanos (no podían ser otros) hicieron un monumento en homenaje al "soldado desconocido", creo justo (creo que más aún y con más sentido) realizar un homenaje al músico desconocido. A ese trovador de esquina que hizo mover mi cuerpo cuando no sabía qué era eso; a esa persona a la cual no pongo cara y que me alegró con una melodía un día triste o un día de fiesta...

En este sentido, yo, personalmente, me siento un auténtico privilegiado. Porque El Desván del Duende no es, ahora mismo, un grupo desconocido. Así que, como gesto de todo corazón, para todos los que han alegrado esos días a todo el mundo y que nunca recibieron un homenaje ni un recuerdo ni una sola palabra de reconocimiento porque nunca estuvieron en el "foco" del estrellato...




Me sabe mal no haber escrito yo este tema, pero lo hizo el maestro Quique González pensando y habiendo vivido todo lo que dice. Al igual que muchos otros que "nacieron (nacimos) para estar en un conjunto" y que nunca han sido ni serán lo suficientemente bien tratados, valorados y queridos por "el gran público".

Con especial cariño para ti, Pedro.

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